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Háblame, cuando no hay más guiones.
Cuando el hastío resquebraja nuestros roles.
Cuando la humanidad aflora con su perfume quieto,
relajado.
Acaríciame con esa mano acostumbrada a fríos papeles;
el vivo calor necesitamos y para eso vivimos.
Cortemos con este juego de cuajo;
el ritual puede ser una amable y represora cárcel.
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3 oscilaciones:
el ritual efectivamente es una amable y represora carcel.
A la repetición, por ejemplo, están condenados los actores de cine. Una y otra vez, la vida entera. ¿Quién no se ha sentido actor de cine, alguna vez?
Los rituales son funestos pero necesarios, sino todo sería muy crudo amigo mío, demasiado real, excesivo. Saludos
y el lenguaje como cárcel del ritual, si pdiermas solamente "romper poco a poco los esquemas de la irrealidad" tantas veces me siento hastíada de mis roles...
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